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Esta Noticia fue editada el: 30-03-2017

Entrevista a Adolfo Menéndez (p.1975) en la prensa max-width=

(El Comercio)

«La mitad de los aviones que vuelan por el mundo llevan material español»

Adolfo Menéndez, presidente de la asociación Tedae: «Nuestro país es pionero en radares para el control de la basura espacial, pero muchos no lo saben. Hay que hacer un mayor esfuerzo por divulgar»

SUSANA BAQUEDANO |  GIJÓN. - Se autodefine como «un ignorante enciclopédico», pero su formación, sus conocimientos, su trayectoria profesional y su forma de expresarse dicen lo contrario. Emilio Menéndez (Gijón, 1958) ha sido dos veces subsecretario de Estado, es una referencia en derecho administrativo y desde 2014 preside la Asociación Española de Tecnologías de Defensa, Aeronáutica y Espacio (Tedae), que hoy organiza en Oviedo una jornada sobre “Transparencia en las empresas tecnológicas”. En la vorágine de su día a día, quien se confiesa un enamorado de su tierra, porque «en este mundo global existen pocos sitios como Asturias», y un gran admirador de Jovellanos, saca tiempo para tomar un café con EL COMERCIO y charlar sobre la tecnología y la seguridad en el mundo. O la ausencia de ella.

Es presidente de la Tedae, consejero de Indra, profesor del IE Law School y secretario general de la Fundación Princesa de Asturias. ¿Le queda tiempo libre?

Sí (risas). Dicen los norteamericanos que si quieres encargar algo a alguien hay que hacerlo a alguien que esté muy ocupado. Es un buen principio. Es cuestión de organizarse.

¿Cómo se percibe al empresariado asturiano desde la distancia?

Exactamente igual que cualquier otro, con una gran capacidad de asumir riesgos, de comprometerse con una visión de futuro, de confiar en esas potencialidades y de crear el microclima o entorno que les permite desarrollarlas.

Tedae son más de 80 empresas que emplean a más de 50.000 personas. ¿Pesa esa responsabilidad?

La protagonista no es la asociación, sino las empresas. Pesa esa responsabilidad, claro, pero también es apasionante. Si no haces nada, entonces nunca pasa nada. Lo lógico es estar peleando con el mercado, con la innovación... Lo importante de Tedae no es el número de empresas y trabajadores, sino que son 51.000 empleos directos muy cualificados, porque son empresas tecnológicas y la innovación y la tecnología son su razón de ser, y eso de cara al futuro y en una economía global es una baza determinante.

¿Está España bien posicionada en innovación tecnológica?

Todo lo que se haga en materia de innovación en este mundo global es siempre poco. Pero estamos bien posicionados. En este sector, en Europa estamos en la cuarta o quinta posición, dependiendo de que se compute o no el “Brexit“. Tenemos tecnologías innovadoras en todos los ámbitos, en tierra, mar, espacio y ciberespacio. Un detalle: la mitad de los aviones que vuelan por el mundo lo hacen con material compuesto de origen español. El reto está, precisamente, en mantener ese ciclo. Hace falta seguir invirtiendo para que dentro de 20 años podamos estar satisfechos de nuestros éxitos.

¿Se refiere a inversión pública?

Hace un año firmamos una guía del sector aeronáutico con el Gobierno, que estamos perfeccionando, y pedimos que se ponga el dinero necesario, que nosotros nos comprometemos a gestionar para competir en igualdad de condiciones con empresas de otros países. El objetivo es crear riqueza y empleo. El año pasado creamos 5.000 empleos. Si entre todos trabajamos, España puede competir sin grandonismos ni complejos. Exportamos el 80% de lo que producimos y eso es muy significativo.

¿Puede poner algún ejemplo de lo que se fabrica en España?

España es pionera en radares para el control de la basura espacial, pero mucha gente no lo sabe. También somos punteros en aeronáutica, tanto civil como militar. Antes de aterrizar en Barajas, todos pasamos por las instalaciones de Airbus donde está la parte de satélites. Habría que hacer un mayor esfuerzo de divulgación.

¿De ahí la jornada de mañana sobre transparencia?

Cada vez se habla más de transparencia y nuestro cometido es difundir conocimiento entre nuestros asociados y la sociedad en general. La jornada, que se transmitirá en “streaming” desde el despacho de Ontier para que todas las empresas la sigan, analizará diversos aspectos. Hay muchas definiciones de transparencia. Está la comunicación interna, la externa, la publicidad y la financiera. En sentido jurídico estricto y lo que nos interesa a nosotros está orientada al control del dinero público. Luego está la transparencia como valor general. El problema es que tiene límites. En nuestras empresas tiene que ver con los derechos de propiedad intelectual, con el hecho de que estás construyendo la oferta o la patente casi al mismo tiempo en que la estás vendiendo, y eso sin garantías es muy difícil. Y en el ámbito de la seguridad, al enemigo no se le puede decir ni lo que tienes ni lo que estás pensando. Yo siempre utilizo una frase de André Maurois: “Ser sincero no es decir todo lo que pensamos, sino no decir nunca lo contrario de lo que se piensa”. Dicho eso, nuestra industria es de las más transparentes desde siempre, porque está muy regulada y porque está habituada a entregar a los organismos competentes toda la información.

¿Son necesarias las fusiones de empresas para ganar tamaño?

Creo que eso hay que dejarlo en manos de las empresas, sin apriorismos, que ellas mismas se vayan adaptando en función de sus necesidades. Lo importante es que vayan creciendo y crear un ecosistema entre todas.

¿Preocupa el fenómeno Trump?

Lo que nos interesa es que haya libertad de mercado. Y lo que nos preocupa de manera inmediata es el “Brexit”. Vamos a ver cómo se desarrolla este proceso, porque con la industria británica tenemos una relación de confianza y admiración recíproca y de relaciones muy intensas, y queremos mantenerlas.

“Zona hostil”

Por mucho que se invierta en tecnología e innovación, ¿es seguro este mundo? Se lo digo por los atentados terroristas.

Hay dos respuestas. Desde el punto de vista de la tecnología en sentido estricto, siempre hay que tratar de ir por delante porque “los malos” también evolucionan. En la otra respuesta estaría la clave del futuro: un mundo solo con datos y tecnología no será nunca por sí mismo seguro. Lo más seguro es tener gente educada, con criterio crítico, con espíritu constructivo. En definitiva, una paz prudente solo se consigue con solidaridad, diplomacia, otredad, en el sentido de saber colocarse en el lugar del otro, y desde una capacidad de disuasión efectiva. En la película “Zona hostil” se ve todo esto.

Hacen falta, por tanto, líderes que reúnan todos esos valores.

Sin duda. Estamos en un momento en el que no sabemos a qué atenernos, salvo los oportunistas, y hay que procurar tener nuestras propias ideas y no seguir al flautista de Hamelín al precipicio. Yo soy un optimista congénito y pienso que la razón triunfará sobre la violencia y la sinrazón.

Los jóvenes tienen que escoger estudios. ¿Les aconseja tecnología?

Primero, que estudien y se formen. Soy un hombre de letras por formación pero no excluyo la tecnología y la ciencia. Tengo la sensación de que cuando se cansen de este barullo tecnológico, algún joven leerá de repente “La Iliada” y descubrirá que todo consiste en conseguir a la chica. Quiero decir que todo reside en la condición humana y en el humanismo. Hay que preservar los valores de decencia, libertad, ilustración y enseñanza tecnológica que defendía Jovellanos. La batalla entre el bien y el mal será permanente. Lo importante es construir ciudadanos decentes.

¿Los Premios Princesa premian siempre a ciudadanos decentes?

Procuran. Buscan la mayor calidad y ejemplaridad posible y, en términos generales, se intenta poner ejemplos que son estimulantes e inspiradores. Se trata de eso también.

 

Foto Angel