Noticias / Pedro Pérez Fernández (p 1955) relata en la prensa sus memorias (2)
“La formación es una inversión que genera dinero, nunca es un gasto para la empresa”
Esta Noticia fue editada el: 31-08-2021

Pedro Pérez Fernández (p 1955) relata en la prensa sus memorias (2) max-width=

Nacido en Boal en 1938, Pedro Pérez sintió desde niño que le tiraba el mundo de los negocios. Tras estudiar bachiller en Gijón y Químicas en Oviedo comenzó a trabajar en Ensidesa. Con Indasa entró en el mundo de las empresas auxiliares y acabó siendo presidente de la asociación española de empresas auxiliares del sector naval. Vicepresidente de Femetal, FADE y la Cámara de Comercio de Gijón, puso en marcha la Escuela de Negocios de la Cámara. Trabajó en todo el mundo pero siempre con una mirada puesta en ese occidente asturiano que tanto le ha dado y que tan buenos momentos le proporciona, como cuando hace unos días vio un grupo de delfines nadando por el Cantábrico.

El crecimiento internacional.

“Al llegar a un acuerdo con Campsa entramos en los astilleros de San Sebastián. Llevamos para allí 10 trailers de maquinaria. Empezamos a trabajar con compañías internacionales. Una vez, en Houston, le pregunté al propietario de una naviera por qué tenían confianza en nosotros para hacer el revestimiento especial de sus buques quimiqueros. Me dijo que nos conocía porque habíamos reparado alguno de sus barcos en Santander. Esa era otra faceta de la empresa, la de las reparaciones. De marzo a noviembre hacíamos buques y de noviembre a marzo hacíamos reparaciones porque en esos meses los quimiqueros no podían ir a Rusia porque el mar estaba xelao. Yo no sabía inglés pero me movía por el mundo. Me acompañaba un ingeniero naval que me hacía de traductor, hasta que empezó a acompañarme mi hijo. El sector naval internacional está muy relacionado con España así que, más o menos, nos entendíamos. De todos modos, siempre he pensado que si yo tengo un producto y tu lo quieres comprar, no hay idioma que lo pare”.

La importancia del naval.

“El sector naval técnicamente ha sido siempre la punta del lanza del hierro, de la industria del metal. Recuerdo un ingeniero de una plataforma pretrolífera que me lo explicó muy claro. En un temporal en el mar el ascensor de un barco no se estropea nunca, pero en tu casa siempre se estropea y nadie sabe qué es lo que pasa. Lo que ocurre es que lo que hay en esos barcos es siempre lo mejor, es tecnología punta. Ya puede haber un temporal y estar en un barco de 35 metros de puntal (altura), el ascensor tiene que funcionar; si no, a ver cómo subes 35 metros por una escalera en medio de un temporal. El naval es la punta de lanza y en Asturias tenemos dos ejemplos maravillosos que son los astilleros de Armón (Navia) y Gondán (Figueras). Es curioso que sean de mi zona, del Occidente. Me hace mucha ilusión. Me siento orgulloso de que sean de allí pero claro, uno de ellos es nieto de un paisano al que yo conocí haciendo barcos de madera, un carpintero de ribera. La mar es algo subyacente en la zona”.

Galicia, Bilbao y Noruega.

“Nos instalamos a la vez en Bilbao y en Galicia. Me llamaron de Bilbao para hacer un buque, era un cacharro enorme de 365 metros de eslora, 45 de manga y 37 de puntal. Fue tremendo sacarlo por la ría de Bilbao. Fue el tercer barco que hicimos. Lo que quiero decir es que nos especializamos en eso, en ese sistema de revestimiento de los depósitos de los grandes buques quimiqueros para transportar productos muy corrosivos. Empezamos a ignorar otras cosas que tenían menos valor añadido y que estaban ocupando espacios mentales. Teníamos que dedicarnos a innovar y lo logramos, tan es así que le cambiamos un procedimiento a la mayor empresa de transporte especial marítimo del mundo, Stolt Nielsen. Cuando llegué a Houston y vi su oficina técnica quedé asustado, era una nave entera de ingenieros trabajando. Cierto que en Houston entraba un buque químico cada 10 minutos. Pues aun así, con todo lo que eran, nosotros les cambiamos un procedimiento porque era mejor que el que ellos tenían”.

Cámara de Comercio, FADE y Femetal.

“Como soy un ingenuo nacido en Boal me metí en todo. Empezando por el final, en la Cámara de Comercio de Gijón entré como vicepresidente en representación de Femetal porque me llamó Guillermo Quirós. Tenía un proyecto muy bueno que dio su resultado en la Feria de Muestras y que pasó un poco desapercibido. Era atraer a embajadores de otros países a la Feria. Funcionó y hubo empresas asturianas que se asentaron en otros países gracias a esas visitas. En Femetal entré por razones obvias. El naval y el metal tienen que ir juntos en todos los sentidos, desde el punto de vista social y empresarial. Estando en Femetal como vicepresidente, empezó a tener fuerza la Federación Asturiana de Empresarios (FADE) y entonces me llamó Severino García Vigón, que era el presidente, para entrar allí. Le dije que tenía muchas cosas que hacer, que yo tenía que trabajar y andar por el mundo, que no estaba para sentarme allí. Pero acepté, había que estar”

La crisis del naval.

“Llegó un momento en el que el naval era, éramos, un conflicto permanente entre empresarios y sindicatos. Un día me levanté por la mañana y pensé: ‘Vamos a ver, si somos dos, tendremos que ponernos de acuerdo en algo’. Lo primero que hice fue llamar al comité de empresa y les dije que no podía ser que cada vez que tuviésemos un barco se pusiesen en huelga porque entonces dejaría de haber encargos. Tuve la suerte de que había uno de Comisiones Obreras que trabajaba en Indasa, un gallego, y entendiolo. Me dijo: ‘Usted quiere tener aquí un esquirol’. Y le dije que no, que donde fuese él a decir algo a los trabajadores iba yo con él. Un día me enteré que iba a haber un comité para hacer una huelga en los astilleros. Me levanto a las seis de la mañana, cojo el coche y voy para Gijón. Entro en la caseta del vestuario, donde se cambiaban. El otro estaba echando un mitin y entro por la puerta y digo: ‘Yo no estoy invitado aquí. Yo creo que tenía que estar aquí’. Le eché valor, me podían haber echado a hostias, pero les impacté. Yo les pregunté: ‘¿A costa de qué?’. Nosotros innovábamos y ganábamos más dinero, así que pagábamos más a los trabajadores. Es algo que en Asturias no se entiende, que se puede ganar más dinero pagando más a los trabajadores. Curiosamente, en este sentido, les abrí las puertas a mis compañeros de directiva de Femetal”.

Formación como inversión.

“Para mí, siempre ha sido muy importante la formación, siempre la he apoyado, estuviera donde estuviera sentado. La formación da dinero, es mentira que cueste dinero. En cuanto el paisano aprende ya es un especialista que te genera dinero; es una inversión, no es un gasto. Así que cuando me ofrecieron ser presidente de la Fundación Escuela de Negocios dije que sí. Fueron unos años maravillosos. Teníamos a ingenieros dando clase. Si decían a los alumnos cómo se hacía una cosa es que esa misma mañana lo habían estado haciendo en sus empresas. Aquí hablan ahora de ir a China. Nosotros ya íbamos a China hace muchos años. Para mí, las puertas no existen y, sobre todo, si están cerradas. El problema es que en 2008 llegó la crisis y la gente, las empresas, apretaron sus gastos y empezaron por la formación”.

La jubilación y la familia.

“Mi esposa. Carmen Ríu Mora, es de Oviedo. Nos casamos en 1967 en Nava. La familia de su padre eran los del palacio de la Cogolla, Uría Ríu. Ahora allí está la nena, Breza Cecchini Ríu, que es una artista buenísima, pinta que lo quema. No es porque sea pariente política mía, pero es que es buenísima. Yo ahora estoy de consejero en la empresa de mi hijo, juego al golf y disfruto de los nietos, que me presta mucho”.

Fuente: La Nueva España

Foto Angel