Noticias / La prensa recoge el fallecimiento de Enrique Hernández Sande (p.1974)
El arquitecto gijonés ha dejado, junto a su hermano Manuel, "una serie de edificios que pasarán a la historia de nuestra arquitectura".
Esta Noticia fue editada el: 02-07-2020

La prensa recoge el fallecimiento de Enrique Hernández Sande (p.1974) max-width=

(El Comercio)

Fallece a los 63 años el arquitecto gijonés Enrique Hernández Sande

Dirigió 39 años junto a su hermano Manuel un estudio de referencia que alumbró obras como el edificio EASMU de Llamaquique, edificios barco de Poniente y refugios de montaña como el de Urriellu

Marcos Moro Miércoles, 1 julio 2020 - El estudio de arquitectura gijonés Hernández Sande ha perdido a una de sus dos mitades. Enrique Hernández Sande, el hermano pequeño, falleció hoy a los 63 años. Nacido en una familia de seis hermanos (tres varones y tres mujeres) era el tercero de la dinastía. Junto a su hermano Manuel, dos años mayor y el primogénito, se tituló en 1981 como arquitecto por la Escuela Técnica de Arquitectura de Sevilla.

Desde esa fecha ambos hermanos ejercieron siempre la profesión desarrollando un amplio espectro de proyectos de edificación y urbanismo. Su primer estudio lo abrieron en un local de la calle Cabrales que pertenecía a su padre, comerciante de profesión y artista frustrado. Después se mudaron frente al Parchís (donde está actualmente Zara Home) y desde 1985 se instalaron de forma permanente, a raíz de la rehabilitación del edificio, en el número 16 de la calle Instituto. Los hermanos también formaron sociedad entre 1988 y 2000 con el arquitecto Enrique Perea Caveda.

Los trabajos profesionales de Enrique Hernández Sande y su hermano Manuel se han centrado en estos 39 años principalmente en el ámbito regional asturiano, aunque también han desarrollado múltiples encargos para otras comunidades autónomas españolas como Madrid, País Vasco, Navarra y Murcia y también han tenido intervenciones esporádicas a nivel internacional en países como Estados Unidos, Marruecos y Bolivia.

Durante su trayectoria profesional ambos hermanos han cosechado numerosos premios y accésit de los concursos a oso que se fueron presentando . Entre sus proyectos más reconocidos en el ámbito de la arquitectura asturiana destaca el del Edificio Administrativo de Servicios Múltiples del Principado (EASMU) en Llamaquique (Oviedo) diseñado en sociedad junto a Enrique Perea. El fallecido fue, mientras se lo permitió su salud, un gran amante de la montaña y de la naturaleza y ello lo plasmó en los proyectos de rehabilitación y ampliación para los refugios de Vega de Urriellu (con Luis Espina), Vegarredonda y el de El Maicín. El hotel Bal de cinco estrellas en Quintueles también lleva la autoría de Enrique

En Gijón ha dejado su impronta también en el aparcamiento de Cimavilla en la misma falda del Cerro, edificios barco de Poniente, el conjunto de naves de producción industrial de la firma Samoa en Casares-Porceyo, numerosos chalés y el edificio Murano en la avenida de Portugal. Actualmente se encontraba trabajando en la dirección de obra del complejo de apartamentos turísticos 14 que promueve Comamsa.

Enrique Hernández Sande deja con su repentina muerte dos hijos, Juan y Pelayo, que tambien son arquitectos, y una madre que le ha sobrevivido.

El funeral de cuerpo presente se celebrará mañana a las seis de la tarde en la iglesia de San Pedro.

(La Nueva España)

Fallece el arquitecto Enrique Hernández Sande, "ejemplo de modernidad"

El gijonés fue, junto a colaboradores, autor del Museo del Ferrocarril, el refugio de Vega de Urriellu y el edificio de las consejerías de Llamaquique

I. Peláez 02.07.2020 | El arquitecto gijonés Enrique Hernández Sande, que junto a su hermano Manuel ha dejado "una serie de edificios que pasarán a la historia de nuestra arquitectura", falleció ayer a los 63 años, dejando un profundo pesar en la profesión. "Han hecho uno de los estudios que han marcado trayectoria; han sido ejemplo de modernidad y de profesionalidad dentro y fuera de Asturias; sabían lo que era la buena arquitectura y siempre que se lo permitieron lo llevaron a cabo", apuntaba el vicedecano del Colegio Oficial de Arquitectos de Asturias, José Ramón Puerto.

Enrique Hernández Sande (Gijón, 1957), titulado en 1981 como arquitecto por la Escuela Técnica de Arquitectura de Sevilla, ejerció la profesión en compañía de su hermano Manuel desde 1981. Siempre juntos a través del estudio Hernández Sande, ubicado en la gijonesa calle Instituto, y a veces en colaboración con otros compañeros, apostó por una arquitectura "respetuosa con el medio ambiente, integrada e integradora". Prueba de ello son, por ejemplo, el edificio de Servicios Múltiples del Principado (EASMU) en Llamaquique, Oviedo -junto a Enrique Perea Caveda-; el edificio Albatros, en la playa de Poniente; la rehabilitación y ampliación del refugio de montaña de Vega de Urriellu, en Cabrales; el edificio de viviendas Murano, en Gijón; el Hotel Bal, en Quintes, Villaviciosa; el aparcamiento de Cimadevilla o al Museo del Ferrocarril de Gijón. Más de 800 proyectos a lo largo de casi cuatro décadas de ejercicio profesional en el que los hermanos Hernández Sande se han ganado el respeto de toda la profesión. "Perdimos a un gran arquitecto y a una gran persona", apunta Enrique Perea Caveda, colega de profesión.

El legado de Enrique Hernández Sande es muy amplio dentro de la edificación y urbanismo. Sus trabajos profesionales siempre han estado centrados principalmente en ámbito regional, pero su larga trayectoria también les ha llevado a realizar múltiples trabajos en Madrid, País Vasco, Navarra o Murcia, entre otros destinos nacionales. También han firmado intervenciones esporádicas a nivel internacional que les ha llevado a Estados Unidos (en Weaverville, Carolina del Norte), Marruecos y Bolivia. "En todas nuestras obras se ha tratado de mantener el máximo rigor arquitectónico y constructivo, así como el compromiso permanente con nuestros clientes para satisfacer sus necesidades en los aspectos arquitectónicos, económicos y de plazos, manteniendo una fluida comunicación, tanto en la fase de desarrollo del proyecto, como durante el transcurso de la obra", describen sobre su trabajo los propios arquitectos. El reconocimiento de su obra llegó también en forma de premios y distinciones en el Concurso Regional de Prototipos de viviendas rurales, varios accésit en el Premio de Asturias de Arquitectura, en el Concurso Plomada de Plata o de la Asociación de promotores, entre otros galardones. "Era muy joven, podría estar dándonos buena arquitectura, otros veinte años más por lo menos", asegura José Ramón Puerto, que pone en valor el legado que deja Hernández Sande, obras que ya forman parte de la historia de la arquitectura regional.

Los restos mortales de Hernández Sande, padre de dos hijos, Pelayo y Juan Hernández Torres, también arquitectos, reposan ya en la sala 1 del tanatorio de Gijón-Cabueñes. Y esta tarde, a las seis, está previsto su funeral en la iglesia parroquial de San Pedro.

Foto Angel