Noticias / Kike Figaredo (p. 1976) recuerda a su madre fallecida en la prensa
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Esta Noticia fue editada el: 16-06-2020

Kike Figaredo (p. 1976) recuerda a su madre fallecida en la prensa max-width=

(La Nueva España)

Fallece Ana María Alvargonzález, madre del jesuita Kike Figaredo, a los 96 años

"Fue una adelantada a su tiempo y vivió una vida plena", recuerda su hijo, que viajará desde Camboya, donde es obispo, para oficiar el funeral

J. M. Requena - A los 96 años de edad falleció ayer en Gijón Ana María Alvargonzález González, madre del obispo de Battambang (Camboya), Kike Figaredo, y viuda del empresario asturiano Alberto Figaredo y Sela, con el que estuvo casado seis décadas hasta su muerte en 2006. Madre de ocho hijos, Alvargonzález era recordada ayer por el religioso jesuita desde Camboya como "una mujer con una fuerza impresionante, alegre, amable, llena de simpatía, que hacía disfrutar a los demás y también ella disfrutaba de las pequeñas cosas". Reconoce Figaredo que lo que más le marcó de ella fue "su actitud para la vida, siempre cordial con los demás y con una simpatía que era contagiosa y siempre nos inundó a todos en casa". 

Alvargonzález, que "no sufrió ninguna dolencia que la hiciera sufrir", pero que "ya estaba muy débil a causa de la edad", estuvo siempre acompañada de sus familiares más íntimos hasta su fallecimiento. Precisamente, su nieto Pablo Figaredo, que ayer llegaba a Gijón para darle el último adiós, remarcaba de ella que "siempre nos ha unido mucho a todos". De ella destacan sus "valores, que aun hoy permanecen en sus hijos y nietos" entre los que, a la pena por su fallecimiento se unía la "alegría, porque vivió una vida plena". Fue alumna del colegio de La Asunción y después, cursó la carrera de piano y estudios de alemán, antes de casarse con Alberto Figaredo y dedicarse a la crianza de sus hijos. 

"Era muy inteligente, tanto con sus palabras como en sus silencios. Ninguno de sus hijos somos tan inteligentes como lo fue ella. Era una líder, tenía un gran sentimiento práctico y sabía hablar y expresarse muy bien, porque leía mucho", recordaba ayer Kike Figaredo, que volará en los próximos días a Gijón para oficiar el funeral por su madre, que recibirá cristiana sepultura ya que "era profundamente religiosa". "Fue una adelantada a su tiempo, porque vivía la religión a través de preguntas, con un gran sentido de lo profundo", recuerda su hijo. 

"Siempre valoró mucho a las personas, tener relaciones correctas, saber crear un hogar y amistades, que hubiera una atmósfera alegre, haciendo que las personas se sintieran bien", recuerda el obispo jesuita, "siempre sabía estar, en todos los sitios y ocasiones".

Foto Angel