Noticias / Ángel de la Fuente (p.1980) analiza la crisis del coronavirus en Asturias
La recuperación debería ser relativamente rápida en muchos sectores.
Esta Noticia fue editada el: 19-04-2020

Ángel de la Fuente (p.1980) analiza la crisis del coronavirus en Asturias max-width=

(El Comercio)

Coronavirus en Asturias | «Asturias no debería estar entre las regiones más afectadas por esta crisis»

«Creo que será más profunda que la anterior, pero con un poco de suerte también más breve» | Ángel de la Fuente, director de Fedea

NOELIA A. ERAUSQUIN gijón. - Nadie sabe con exactitud cuánto durará la crisis económica que está provocando el COVID-19, ni cuándo llegará recuperación, pero el economista Ángel de la Fuente (Gijón, 1962), director de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), espera que la normalidad no tarde en llegar demasiado a algunos sectores. Otros, como el turístico, advierte que lo pasarán mal más tiempo. En este negro panorama, Asturias no será la región más damnificada.

-¿Será esta crisis tan grave como la de 2008?

-Creo que será más profunda, pero con un poco de suerte también más breve porque no tiene su origen en problemas económicos estructurales, sino en un shock externo y en principio transitorio. Si conseguimos que ese paréntesis en las actividades económicas no sea muy largo, no dañe demasiado el tejido productivo y la capacidad financiera y de consumo, la recuperación debería ser relativamente rápida en muchos sectores.Dependerá de lo que dure el confinamiento y de que acertemos en las medidas.

-¿Saldrán las comunidades a la vez? ¿Cómo afectará a Asturias?

-No creo. Las más dependientes del turismo y la hostelería tardarán más. Las más industriales deberían tener cierta ventaja. También la tendrán aquellas con un mayor sector agropecuario o más especializadas en la producción de bienes de primera necesidad, cuya demanda sufrirá menos. Asturias no debería estar entre las regiones más afectadas.

-En materia económica, ¿está actuando bien el Gobierno?

-Aunque hay excepciones, la mayoría de las medidas van en la dirección correcta. Sin embargo, me preocupa su gestión, que no parece que esté siendo tan ágil como sería necesario. Es esencial que las ayudas lleguen rápidamente y no siempre está siendo así. Por ejemplo, hay un cierto retraso en la tramitación de los ERTE y, por tanto, la habrá también en el pago de las prestaciones. Algo similar está sucediendo con las líneas de avales. Convendría buscar formas de agilizar la gestión. Podría ser muy útil apoyarse en las empresas para que actúen como intermediarias en el pago de las prestaciones y en las autonomías para llegar a los más vulnerables a través de sus rentas mínimas, que habría que reforzar con fondos estatales. Habría que reducir los trámites burocráticos y comprobaciones, que habría que sustituir por controles a posteriori acompañados de sanciones. También es importante dar a las empresas flexibilidad. Los ERTE deberían ser fácilmente modulables en el tiempo y en su cobertura.

-¿Y qué medidas son erróneas?

-Entre ellas, la limitación de los despidos por causas económicas y la "confiscación" de las cuotas de formación destinadas a políticas activas de empleo. La primera no contribuye precisamente a dar a las empresas la flexibilidad necesaria y la segunda contribuye a desproteger aún más a los parados de larga duración.

-Fedea se posicionó en contra de una condonación de impuestos, ¿qué otras medidas cree que se deberían desarrollar?

-Los recursos son limitados y hay que usarlos bien. Los impuestos deben adaptarse a la capacidad económica de personas y empresas. No hay ninguna razón para que los que mantengan sus rentas dejen de tributar.

-¿Qué papel tiene que jugar la UE en esta crisis?

-La UE y el BCE han hecho ya dos cosas muy importantes: suspender las reglas de disciplina fiscal y ampliar su programa de compra de deuda. Ahora se discuten medidas adicionales, pero parece improbable que se llegue a un compromiso para mutualizar los costes de la crisis. Un acuerdo en esta línea hubiera sido deseable, pero la ayuda de la Unión será sustancial y hay que agradecerla. Sin ella, países como el nuestro, con poco margen fiscal, tendrían muchas dificultades para conseguir en los mercados los recursos necesarios en esta crisis.

-¿Se aprendió algo de la anterior para no repetirlo?

-Una lección que no terminamos de aprender es que deberíamos ser más precavidos y establecer mecanismos que puedan ayudar en crisis y emergencias. A nivel económico, esto incluiría una política de eliminar los déficits y reducir deuda en tiempos buenos o normales para tener más margen en las crisis, así como el reforzamiento de mecanismos extraordinarios internacionales o al menos europeos. Algo se ha hecho, pero no lo suficiente.

-¿Qué cree que podremos aprender de esta pandemia?

-El principio de precaución debería aplicarse también en materia sanitaria. Convendría dotar al sistema sanitario de algo más de holgura para emergencias, establecer planes y reservas de materiales y equipos críticos e invertir en infraestructuras polivalentes. Pero no se trataría de dar prioridad a la sanidad por encima de todo, entre otras cosas porque no sabemos de qué naturaleza será la próxima emergencia.

-¿Podría suponer esta crisis una oportunidad para revitalizar sectores y garantizar cierta soberanía productiva?

-Eso de la soberanía productiva no me suena nada bien. Creo en las ventajas de la especialización y el comercio. El problema de la escasez de material sanitario no se debe a que la producción esté concentrada en China, sino a que la demanda está ahora muy por encima de la oferta y casi nadie ha tomado la precaución de crear reservas. Una vez superada la emergencia, tendría poco sentido que nos empeñásemos en fabricar respiradores si los nuestros son peores y más caros.

-La economía pública vivía hasta ahora pendiente de la deuda y del déficit. ¿Ya no importan?

-Claro que importan. Son herramientas necesarias para mitigar los daños económicos y sociales en las crisis, pero no existe un margen infinito y la deuda tiene un coste en intereses, que pueden acabar comiéndose una parte importante de los ingresos. Por ello, es importante aprovechar los buenos tiempos para reducirla.

-¿Se puede pagar lo que costará la reactivación económica tras el coronavirus?

-Al menos en ciertos sectores, como el turístico, la reactivación tardará más y habrá que prolongar las ayudas, lo que ciertamente tendrá un coste, pero ¿cuál sería la alternativa? A medio y largo plazo, el sector es perfectamente viable y no tendría sentido dejarlo morir. Acabaría saliéndonos mucho más caro.

 

 

 

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