Noticias / Víctor Rodríguez (1983), presidente de la Asociación, despide emocionado al P. Treceño
"En cada día del antiguo alumno, en cada acto colegial, en cada evento, tu recuerdo siempre estará entre nosotros"
Esta Noticia fue editada el: 17-10-2017

Víctor Rodríguez (1983), presidente  de la Asociación, despide emocionado al P. Treceño max-width=

(La Nueva España)

Presidente de los Antiguos Alumnos del Colegio de la Inmaculada

Padre Treceño, grandes manos, mayor corazón

Víctor Manuel Rodríguez Blanco 

Querido Padre Treceño, o Sindo, como te llamaban de niño: las despedidas siempre son difíciles, y explicitarlas aún más. Fueron muchos años en el colegio, en concreto 71, muchas vivencias que recuerdo contabas en las horas que, generosamente, me dedicaste para ayudarme a escribir el libro sobre la historia de nuestra Asociación. Si bien me impresionó tu estado físico, lo hizo aún más tu capacidad de recordar con unos detalles verdaderamente sorprendentes. Siempre nos contabas tus inicios en la Compañía, y aquella etapa en Bélgica, amarga por la situación que la motivó pero a la vez fructífera donde siempre destacabas el cariño con el que fuisteis acogidos. Una vez en España el destino hizo que no pudieras ir a Cuba, y poco después en 1944 te incorporaste a nuestro colegio, con aquellos muros medio derruidos de cuya reconstrucción fuiste testigo directo.

Todos te recordaremos como docente, fundamentalmente en la asignatura de francés. Eras un buen profesor, exigente pero nunca te gustaba suspender a tus alumnos. Tus amplias manos te hicieron acreedor de un mote, primero Manaca y luego Mánix. Pero si tus manos eran grandes, aún mayor era tu corazón. Y de eso diste muestras incluso en el periodo en que ejerciste como Inspector. La otra faceta, quizás la más importante en tu vida, fue la de Consiliario de nuestra Asociación, tarea que llevaste a cabo de forma eficiente, callada, constante y en la que mostraste una capacidad de trabajo impresionante. Fueron 48 años que compartiste con varias juntas directivas y con miles de antiguos alumnos cuyas cartas con orgullo nos enseñabas. Recibías correspondencia de los cinco continentes recogiendo todos los datos aportados con minuciosidad. Siempre con tu carpeta debajo del brazo aprovechabas cada oportunidad que tenías para preguntar: "¿Eres Antiguo Alumno? ¿Estás asociado? Toma este impreso, cúbrelo y me lo llevo". Era otra época en la que el registro se hacía a mano, alumno a alumno. Conservamos en nuestro despacho con cariño tu archivo, formado por miles de fichas donde ibas incluyendo los cambios de domicilio, de trabajo, o donde anotabas aquellas noticias que te parecían interesantes. Siempre pendiente de los antiguos alumnos, lo estabas hasta el final. Repasabas diariamente los fallecidos y siempre acudías puntualmente a su funeral como una manera de cumplir el deseo de acompañar y guiar a tus alumnos en sus últimos momentos. Digamos que en contra de tu voluntad, pues no eras amigo de recibir homenajes, la Asociación te nombró en 1994 Socio de Honor; en 2009 recibiste nuestra insignia de oro de la Asociación y fuiste nombrado Consiliario Honorífico en 2011.

El pasado 21 de mayo, miembros de la Junta de la Asociación de Antiguos Alumnos acudimos a Salamanca para hacer realidad un reencuentro que hacía tiempo llevábamos preparando, un reencuentro que habría de ser, a la postre, el último. Una grata percepción la que sentimos al comprobar que te encontrabas, a pesar de tu edad, tan ágil de movimientos y de memoria como siempre. Disfrutamos de una animada charla en tu compañía, en la que los recuerdos, anécdotas y añoranzas de tiempos pasados tuvieron un lugar destacado. Seguro que siempre recordarás cómo nuestro vicepresidente, Juan Ignacio, te impuso la "cuelga" tras haber cumplido hacía pocos meses 104 años.

La noticia de tu fallecimiento nos produce una enorme tristeza. Nos queda el consuelo de saber que la muerte no es el final sino el comienzo del camino, y que dejas detrás de ti una vida plena, comprometida y fructífera, siempre trabajando por el colegio, por tu Asociación y por la Compañía de Jesús, a la que pertenecías. En cada día del antiguo alumno, en cada acto colegial, en cada evento, tu recuerdo siempre estará entre nosotros. Hasta siempre.

Foto Angel