Noticias / Lucía Rodríguez Olay (p.1992) candidata al premio nacional de mejor docente
"Con alegría se llega mucho más"
Esta Noticia fue editada el: 17-09-2017

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(La Nueva España)

Sobresalientes profesores

Los gijoneses Lucía Rodríguez y Óscar García optan al premio nacional de mejor docente con candidaturas presentadas por sus alumnos

I. Peláez Gijón - Acostumbrados a evaluar a sus alumnos curso tras curso, dos profesores gijoneses se han encontrado con la sorpresa de que esta vez las tornas se han cambiado. Lucía Rodríguez Olay, profesora de Lengua y Literatura en Bachillerato y Secundaria en el colegio de la Inmaculada; y Óscar García Guerra, profesor de Educación Primaria en el colegio La Milagrosa, están nominados a mejores profesores de España, cada uno en una categoría, en los Premios Educa Abanca 2017, al que han concurrido más de 1.300 candidaturas de todo el país. Candidaturas presentadas por sus propios alumnos, destacando las virtudes como docentes de sus maestros. Ambos son los únicos profesores de centros de Gijón que han pasado el primer corte, junto a otros 372 candidatos.

Estos premios de ámbito nacional vienen premiando desde hace años a docentes "que destaquen por su calidad docente, por su praxis, por su trato con el alumnado y por su preocupación por el futuro de sus alumnos en todas las etapas educativas ", entre otros aspectos según las bases. Unos requisitos que a ojos de sus pupilos cumple a todas luces Lucía Rodríguez Olay, que lleva 19 años en el aula dando lo máximo de ella para que así aflore lo máximo posible el interés de sus alumnos por su educación.

"Quisiera creer que quien pasa por mi clase de alguna manera le dejó un buen recuerdo y que, cuando pasa el tiempo, se acuerdan de las clases y lo que aprendieron más allá de la lengua y la literatura", reflexiona Lucía Rodríguez, que lleva la honestidad por bandera y el respeto hacia sus alumnos como máxima para afrontar cada clase. La clave está en que Lucía Rodríguez adora su profesión. "El aula es un refugio, un sitio agradable donde siento pasión por transmitir mi vocación a mis alumnos", confirma. Para ellos es fundamental que ellos vean compromiso y Rodríguez Olay es buen ejemplo de ello pues no pierde oportunidad para hacer cursos, conocer nuevas técnicas docentes y mantener al día su instrucción para lo mejor de sí a sus alumnos. "Con alegría se llega mucho más", sentencia.

En el caso de Óscar García Guerra, profesor de educación primaria en el colegio La Milagrosa, fue un grupo de alumnos, y sus familiares, que tuvo hace tres años además de algún compañero del centro quienes le propusieron.

Lo hicieron a sus espaldas y le pilló por sorpresa. De la forma más original. "Vi un tweet de un compañero profesor que dijo que estaba nominado, entonces pinché en el enlace que había compartido y de pronto vi mi nombre", desvela el docente de La Milagrosa que competirá frente a otros 147 candidatos en la categoría de Educación Primaria.

"Que hayan sido mis alumnos, después de haber pasado dos años conmigo en los que trabajamos muy bien, ya es un premio en sí, independientemente de quién lo gane", asegura Óscar García, orgulloso del trabajo realizado en el aula. "Los chicos son conscientes de lo que se hace en el centro cada día y para mí es gratificante porque supone un reconocimiento de quien sabe cómo se trabaja", matiza el profesor cuya receta es "volcarme en mis alumnos y contagiar el entusiasmo en clase".

El fallo del jurado se publicará el 10 de enero del 2018. Entonces los premiados recibirán un galardón, un diploma conmemorativo del certamen y un premio económico dotado de 1.000 euros. Quizás todo ello sea lo de menos porque tanto Lucía Rodríguez como Óscar García fueron propuestos por sus alumnos, quienes han "sufrido" sus clases durante mucho tiempo y ahora, ya como exalumnos, emergen en ellos unos recuerdos colmados con cariño de tantas horas en el aula. Poco a poco las enseñanzas que dejaron su poso comienzan ahormarse en los adolescentes a los que instruyeron. Más allá de las materias, que unas cosas se olvidan, las enseñanzas para la vida quedan para siempre. Y así continuarán, convencidos y gozosos de su vocación, independientemente de que lo acredite un diploma. Educando el futuro generación tras generación.

Foto Angel