Noticias / Fallece Carlos Roibás de Inza, padre de Carlos Roibás López (p.1980)
Esta Noticia fue editada el: 16-01-2017

Fallece Carlos Roibás de Inza, padre de Carlos Roibás López (p.1980) max-width=

(El Comercio)

Adiós al joyero Carlos Roibás de Inza

«Es todo un hito de nuestro gremio. Su pasión por el trabajo convirtió la tienda en un establecimiento de referencia», dice su hijo
El gijonés, tercera generación en gestionar el negocio familiar, fallece a los 88 años

ÓSCAR PANDIELLO GIJÓN - Desde su nacimiento el 2 de febrero de 1928, Carlos Roibás de Inza ya guardaba en sus genes la profesión a la que dedicaría gran parte de su vida. No en vano, él se convirtió en la tercera generación familiar en hacerse cargo de una de las joyerías con más solera de la ciudad. Sita en el corazón de la calle Corrida, Roibás ofrece desde 1918 uno de los catálogos más importantes de piedras preciosas, relojes y alhajas de todo tipo. Ayer, después de una intensa vida dedicada a su profesión y a los suyos, Carlos Roibás falleció a los 88 años de edad. «Es todo un hito de nuestro gremio. Su pasión por el trabajo convirtió la joyería familiar en un comercio de referencia dentro de la ciudad. Después, más allá de su trabajo, dedicó una vida de amor incondicional a toda su familia», explica emocionado Carlos Alberto Roibás López, hijo del fallecido y actual gerente de la joyería.

Hijo de un emigrante gallego, su vida estuvo vinculada desde el primer momento a Gijón, una ciudad a la que dedicó «implicación y trabajo» a partes iguales. «Todo el que lo conocía lo consideraba un gran gijonés. Sintió la tierra muchísimo y eso nos lo transmitió a los que vinimos tras él», resume su hijo.

Heredó el negocio en 1975, después de trabajar conjuntamente con su padre. Acostumbrado a tratar con piedras y joyas desde el primer momento, tomó las riendas con naturalidad y conocimiento, dos de las características que le definieron durante su trayectoria. «Intentó siempre ser un renovador y su implicación con el negocio está fuera de toda duda», relata.

Uno de los momentos más difíciles de su carrera profesional, sin embargo, coincidió con su última etapa al frente de la joyería. Fue durante la madrugada del 5 de enero de 1994, cuando una banda de ladrones -que nunca llegó a identificarse- irrumpió en el local a través de un butrón realizado en el portal anexo. La cuantía del robo, según las estimaciones que se realizaron en la época, ascendió a más de 600.000 euros. «Eran auténticos profesionales que contaban con abundante documentación, planos del establecimiento y que conocían perfectamente el valor de las piezas que robaron», sostuvo ante la prensa poco después del suceso.

El robo, sin embargo, no quebró la voluntad de Roibás, que retomó sus funciones hasta principios del siglo XXI. Paulatinamente, y como él había hecho con su padre, Carlos Roibás hijo culminó la transición de manera natural. El funeral en su memoria se oficiará hoy a las 18 horas en la iglesia de San Lorenzo.

Entre los compañeros de gremio, el respeto y la admiración por el céntrico negocio y la familia Roibás es patente. «Era una persona íntegra, trabajadora y con unos valores muy marcados», sostiene David González, de Masev Joyeros. Según apunta, tanto él como su hijo han construido una tienda moderna y adecuada a los tiempos, algo muy notable en la profesión. «No dejan de ser uno de los referentes más importantes de la ciudad, por lo que la pérdida es importante para todos», añade.

El presidente de la asociación de Joyeros, Relojeros y Plateros de Gijón, Jesús Suárez, también se pronunció en la misma línea afirmando que su trabajo mantuvo «la mejor tienda de la villa» durante muchos años. «Fue una figura esencial para entender Roibás tal y como lo hacemos ahora. Es un emblema de la joyería local», sostiene el presidente de la entidad.

Fallece Marcelina Quirós

También otra de las joyerías con más tradición de la ciudad perdió ayer a uno de sus principales motores. Marcelina Quirós Muñiz, de 99 años, gestionó durante décadas el local bautizado con el nombre de su marido, José María López. Situados en Menéndez Valdés, Marcelina participó activamente en la tienda hasta el año pasado. «Una persona incansable hacia el trabajo y hacia sus seres queridos», remarca la familia.

Foto Angel