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Esta Noticia fue editada el: 19-07-2016

Entrevista a Arturo Fernández Escandón en la prensa max-width=

(La Nueva España)

ARTURO FERNÁNDEZ ESCANDÓN | Empresario

"Fui directivo del Sporting y saturé de fútbol, aunque ahora me estoy reconciliando"

"Siempre fui de derechas, pero me han defraudado tanto que he girado hacia el centro; me gusta Albert Rivera, al único que no saco tarjeta roja"

Arturo Fernández Escandón, en Palma de Mallorca. LNE

Por Cuca Alonso - Es un gijonés de pro, de corazón y alma, temporalmente desplazado a Palma de Mallorca ya que es el director para las Islas Baleares de MBA Incorporado, empresa líder en suministros de prótesis médico-quirúrgicas. Aunque lleva desde el año 2000 fuera de su tierra, Arturo ha logrado imponer su asturianía allí donde reside, por talante, campechanería y estilo, de modo que en Palma es una especie de abertzale querido y respetado. Charlamos en la terraza del nuevo Capricho, el célebre bar de Puerto Portals que regentaba el desaparecido Enrique López, hoy incorporado al Restaurante Flanigan de Miguel Arias, otro asturiano de devoción. Arturo sigue fiel a sí mismo; es el chaval de siempre, simpático, sencillo y generoso.

-Dígame, ¿usted quién es?

-Nací en Gijón (1951), segundo de cinco hermanos. Creo que soy extrovertido y sociable; trabajador, ordenado y disciplinado, me gusta involucrarme en lo que hago. Tengo un buen sentido del humor, excepto en el trabajo. En casa dicen que no soy nada simpático porque traslado los problemas a ella. Disfruto de muchos amigos y conocidos. Estoy casado con Lourdes Rodríguez y tengo dos hijos.

-¿De pequeño a qué jugaba?

-Al fútbol. En el colegio de la Inmaculada éramos "los escandones". En mi equipo estaban Herrerín, Crespo y Falo del Riego. Los tres ficharon por el Sporting; yo no porque tuve problemas. Suspendí seis asignaturas y me mandaron interno a los Jesuitas de Vigo para que no jugara, pero jugué igual. Era compañero de Costas, que fichó por el Celta y luego se lo llevó el Barcelona para formar la media con Koeman. Terminé el Bachiller en Vitoria en el colegio Izarra, e hice dos cursos de Ciencias Económicas en Bilbao, pero dejé la carrera por el trabajo.

-¿En dónde?

-En Cristalería Española y luego en la Azucarera de Guadalajara, hasta que tuve que ir a la mili. Me tocó de palomero, una suerte ya que dormía en casa a diario. Los jueves iba a la sociedad colombófila a sellar las cestas de palomas y los sábados cogía el tren de la Ruta de la Plata y las íbamos soltando. Eran palomas mensajeras, una mercancía preferente, por tanto la Guardia Civil se ponía a mis órdenes. Yo solía regresar en autostop para llegar antes a Gijón.

-Y ahora trabaja en Palma de Mallorca?

-Desde el año 2000. Soy gerente y socio de MBA Incorporado, una empresa en donde llevo 28 años. Es un trabajo que me gusta y estoy feliz.

-¿Alguna vez pensó en que su destino iba a ser el Mediterráneo?

-No, pero mi ilusión siempre fue vivir en Formentera, lo malo es que allí no había hospitales. Se produjo una vacante en Palma, cuya oficina había montado yo en 1991, en una época de expansión de la empresa, y en 2000 me dijeron mis compañeros que estaba muy cerca de cumplir mis sueños. Entonces me propusieron venir a Palma. Era el mes de agosto y me fui al Sella a meditar. Lo comenté con Lourdes y al día siguiente dije que aceptaba. No es Formentera, pero se parece. Yo viajaba mucho y el clima de Baleares me marcó, de tal modo que cuando llegaba a Gijón se me caían las pistolas al suelo.

-Su apellido está muy vinculado con la empresa?

-Cierto, aunque yo hubiera querido ser capitán de la Marina Mercante, lo que motivó serios problemas con mi padre que deseaba, que me incorporara a los negocios de él. No lo hice y me busqué la vida.

-Y logró navegar?

-Sí, tengo un barco en la bahía de Alcudia. Lo heredé de un asturiano, tiene 14 metros de eslora, se llamaba y se llama "Covi 5". Yo siempre tengo las cosas de segunda mano y pienso que da mala suerte en la mar cambiar los nombres de los barcos. Por cierto, aquí siempre dicen el mar; para nosotros es femenino, la mar, y no lo entienden, les sorprende.

-¿Qué hace un asturiano en la corte de los guiris?

-Trabajar y vivir. En donde están los guiris no está la gente de Palma, y viceversa. Yo convivo con los dos, me gusta el mundo extranjero porque tiene dinero y lo saben gastar.

-¿Y aquí, con quién coleguea un playo?

-Con los "mestos". Llamo así a los nativos de Palma casados con una peninsular, o personas que han estudiado fuera y son más abiertas; el mallorquín es muy cerrado. Entre los "mestos" tengo muy buenos amigos.

-¿Hay una importante colonia asturiana en la isla?

-Ahora es más pequeña. Desde que se marchó Duro Felguera porque terminó la obra de la central eléctrica, se nota.

-¿No le pesa la condición insular? No poder coger el coche y salir?

-Sí, muchísimo, te coarta, y la isla te acaba quedando pequeña.

-¿Qué echa de menos?

-La carretera. E iba a decir El Molinón, pero no, fui directivo del Sporting y quedé saturado de fútbol, aunque ahora parece que me estoy reconciliando.

-¿Quién ha sido su maestro?

-Mi padre, un hombre muy serio, muy trabajador, querido por muchas personas. Pero no lo disfruté, me llevaba mal con él porque siempre discutíamos. Me arrepiento de no haber sido su amigo, algo que mis hermanos sí lograron. En una ocasión Corín Tellado escribió una página preciosa sobre él. Ayudaba a la gente y era cariñoso; eso lo heredamos nosotros.

-¿Y su político?

-Siempre he sido de derechas, pero me han defraudado tanto que he girado hacia el centro. Me gusta Albert Rivera.

-¿Por dónde se inclinan sus pasiones?

-Por la mar y los coches clásicos. Tengo dos; un Rolls de 1973 y un Mercedes SL de 1989.

-¿A quién sacaría tarjeta roja?

-A todos los políticos, menos a Rivera porque no ha ejercido; a los restantes, a todos.

-¿Qué no puede soportar?

-Los alardes de mala educación, la falta de respeto a los demás. Cuando estaba en la mili, si se moría una paloma estaba obligado a cortarle la pata de la anilla para que la Guardia Civil firmara la baja; era una pena.

-¿Hay alguna playa en Palma que se parezca a su querida Estaño?

-Sí, el Coll Baix, cerca de Alcudia, su arena es de piedra, tiene un agua preciosa y sólo se puede acceder a ella por mar.

-¿Cómo es la sociedad mallorquina?

-Muy mirada para el dinero. Su economía se sustenta en el turismo. Aquí no hay industria. Esto era una plaza militar donde convivían cuatro terratenientes con los cerdos. Son poco sociables, endogámicos, viven enrocados en la isla.

Foto Angel