Noticias / Patricia Díaz-Caneja (p.1988) presenta su libro "El Bosque tranquilo. Mindfulness para niños"
Esta Noticia fue editada el: 07-01-2016

Patricia Díaz-Caneja (p.1988) presenta su libro

(ABC)

"Las relaciones con los hijos se pueden mejorar de forma sencilla"

"Hay muchas ocasiones en que los padres pagan el estrés del día a día con gritos a sus hijos"

Laura Peraita - Patricia Díaz-Caneja es pedagoga y está acostumbrada a ver a padres que acuden a su consulta bajo la presión del estrés del trabajo, del cuidado de la casa, de los hijos... Se sienten tan acelerados que apenas viven el presente porque cuando hacen una cosa están pensando en la siguiente. Tener la sensación de no llegar a todo favorece un sentimiento de agobio y frustración que suele acabar, sin necesidad, con gritos a los niños para que se den prisa en hacer las cosas y, al final, toda la familia acaba discutiendo. Sin embargo, se puede cambiar esta situación. Al menos así lo apunta Patricia Díaz-Caneja.

«Se pueden mejorar las relaciones con los hijos y hacer que el día a día se viva de forma más sencilla». Para ello, es importante que se planteen pequeñas actividades de cambio. Es esencial que los padres puedan disfrutar de sus hijos, por ejemplo, al leerles un cuento como si fuera la primera vez, y no elegir el más cortito para acabar cuanto antes mientras se piensa que hay que poner la lavadora.Hay que tener la cabeza en lo que se está haciendo, no en lo que se ha de hacer después. Cada cosa en su momento».

Para lograrlo esta pedagoga propone que niños y adultos pongan en práctica el mindfulness. Consiste en prestar atención de manera intencionada a lo que ocurre aquí y ahora, «dentro y fuera de mí, con una actitud amable, compasiva y curiosa para poder elegir mi conducta o comportamiento». «Es decir, prestar atención a lo que estamos haciendo en el momento en el que lo hacemos –asegura–. Es darnos cuenta de lo que estamos pensando, sientiendo o diciendo en el mismo momento que ocurre».

Explica que, al hacerlo, somos capaces de actuar conscientemente, por lo que respondemos en lugar de reaccionar de manera automática o brusca ante algo que no lo merece.

Y eso, ¿cómo se logra? La clave del Mindfulness es la respiración. «Representa el ancla que me hace volver una y otra vez al presente, al aquí y al ahora. La respiración nos lleva a un estado de calma y tranquilidad que ayuda a pensar, sentir y actuar con claridad —apunta—. Si una persona se siente enfadada es posible que comience a gritar, insultar o, incluso, pegar. Posteriormente se sentirá muy incómoda y arrepentida. Por ello, –insiste– si practica la atención plena podrá darse cuenta de que antes de llegar al enfado es capaz de actuar de un modo adecuado y pensar: tengo emociones, pero las emociones no me tienen a mí. El mindfulness ayuda responder, no a reaccionar y, para eso, uno debe estar presente en lo que está y hace».

Dominio de las emociones

Este es uno de los motivos que ha llevado a Díaz-Caneja a escribir «Un bosque tranquilo. Mindfulnes para niños» con el propósito de que padres e hijos puedan leer el cuento juntos y, a la vez, practicar una serie de actividades que favorecerán esa calma y dominio de las emociones. En sus páginas propone, además, un sencillo programa de ocho semanas para aprender a tener atención plena a la vida diaria.

Para comenzar invita a la práctica de la respiración pausada. A sentarse con las piernas cruzadas y la espalda recta, a cerrar los ojos, tomar aire y soltarlo sintiéndolo. «Tu mente se irá, aparecerán pensamientos. No trates de no pensar –indica–. Con las manos en la tripa hay que centrarse en el momento, en la respiración».

Para que al niño le sea más sencillo, también propone recoger diez piedrecitas, meterlas en una bolsita y cuando vayan a practicar la respiración deberá sacarlas y colocarlas a su derecha. Cada vez que tome aire, tendrá que coger una piedra y al explulsar el aire colocarla a la izquierda. «La respiración fluirá cada vez de forma más consciente. Y, llegado el caso de un enfado, será más fácil aceptarlo y mitigarlo con la respiración, antes que dedicar los padres esfuerzos, casi siempre inútiles, en insistirle en que no se enfade», concluye.

(El Comercio)

La meditación sí es cosa de niños

La pedagoga gijonesa Patricia Díaz-Caneja acaba de publicar un cuento con ejercicios para aprender a practicar "mindfulness" en familia

LUCÍA RAMOS GIJÓN - ¿Cuándo fue la última vez que se duchó prestando atención a la sensación del agua caliente sobre su cuerpo y los aromas del jabón en vez de hacer mentalmente la lista de la compra u organizar su próxima reunión? ¿Cuánto hace que no come tranquilamente, disfrutando y paladeando cada bocado, sin pensar en nada más? Vivimos en la era de la inmediatez, de hacer varias cosas a la vez y deprisa, de intentar llegar a todo. De vez en cuando es bueno darle al "pause", respirar profundamente y concentrarse solo en el presente, en lo que está sucediendo, sin preocuparse por lo que acaba de ocurrir o por lo que habrá que hacer en media hora. Esto que parece tan sencillo es una milenaria técnica oriental de meditación y ahora está al alcance de pequeños y mayores gracias a "El bosque tranquilo", el libro que acaba de publicar la pedagoga gijonesa Patricia Díaz-Caneja.

Todo comenzó hace seis años, cuando Patricia empezó a practicar la meditación y coincidió con la ilustradora Marta Navalgar. «Ella enseguida me propuso hacer juntas un cuento para enseñar meditación a los niños, pero yo todavía no estaba preparada, así que comencé a formarme y a principios de este año nos pusimos en marcha», explica la autora. En un primer momento su idea era la de publicar solamente un cuento para enseñar a los más pequeños en qué consiste el "mindfulness" y para tratar de animarles a practicarlo. Finalmente, y animadas por la editorial, las dos amigas decidieron añadir una segunda parte al libro en la que recogen una serie de sencillos ejercicios para que los niños se adentren, en compañía de sus padres y educadores, en el mundo de la meditación.

«El "mindfulness" o atención plena consiste en, precisamente, centrar toda nuestra atención en aquello que estemos haciendo en cada momento, ya sea comer, lavarnos los dientes o ponernos los zapatos. En sentir la tibieza del agua, el sabor de la pasta, el tacto de los cordones... Es un ejercicio muy sencillo y va a ayudarnos a estar más relajados», explica Patricia. Y revela la clave para comenzar: respirar. Es algo que todo el mundo hace de forma automática y casi sin darse cuenta, agrega, pero en el momento en que alguien es consciente de su propia respiración, comienza automáticamente a relajarse. «Esto es sumamente útil para enseñar a los niños, y a algún que otro adulto, a calmarse en situaciones de ira, miedo o tristeza y aprender a gestionar estas emociones. Ojo, no a controlarlas, sino a ser conscientes de ellas, de por qué nos asaltan y así evitar que nos dominen», señala.

La presión de los padres

A su consulta llegan habitualmente casos de niños «inquietos» a los que los padres muchas veces se ven incapaces de controlar. «En numerosas ocasiones el problema no es solo de los pequeños, también de la familia entera. Muchas veces los padres presionamos a los niños para que se den prisa en hacer esto o aquello y nosotros mismos vamos corriendo de un sitio para otro y realizamos las actividades cotidianas de la casa mientras tenemos mil cosas en la cabeza», explica la pedagoga. Lo ideal, añade, es trabajar en dinámicas que fomenten la concentración. «Si el niño está jugando, que juegue, y si está estudiando, que estudie. La atención plena le ayudará a ser más eficiente», apunta.

Con ejercicios como pedir a lospequeños que escriban lo que están pensando o que enumeren los momentos en los que se sienten enfadados, contentos o asustados, el libro pretende ayudarles a ser conscientes de su mente y su cuerpo. «Se ha observado que la meditación no solo mejora la atención, sino que nos ayuda a querernos más a nosotros mismos y a ser más empáticos, lo que mejora notablemente las relaciones sociales y el rendimiento, tanto en el trabajo como en la escuela». En este último lugar, recalca Patricia, también se puede fomentar el "mindfulness" utilizando los ejercicios que recoge "Un bosque tranquilo".

Foto Angel