Noticias / Entrevista a Alejandro Alvargonzález (p.1977) Secretario General de Política de Defensa de España
"Desde el 11-S sabemos que las amenazas hoy son un intento de acabar con un sistema de valores"
Esta Noticia fue editada el: 12-10-2015

Entrevista a Alejandro Alvargonzález (p.1977) Secretario General de Política de Defensa de España max-width=

(El Comercio)

"Tenemos que acabar con que hablar de lo militar esté cargado de ideología"

ALEJANDRO ALVARGONZÁLEZ SAN MARTÍN, SECRETARIO GENERAL DE POLÍTICA DE DEFENSA DE ESPAÑA, "Ningún país del mundo puede hacer frente a todas las amenazas de seguridad. Ni siquiera Estados Unidos"

OCTAVIO VILLA | GIJÓN. A Alejandro Alvargonzález, un gijonés "nacido en Vigo en 1959 porque a mi padre le destinaron allí, pero que crecí en Gijón y soy de aquí", se le ilumina la mirada ante las olas de media marea, perfectas para los surferos, que la playa de San Lorenzo ofrecía el sábado por la mañana. Licenciado en Ciencias Políticas y Sociología, el actual secretario general de Política de Defensa del ministerio homónimo ha sido embajador en Bosnia y Herzegovina, director del gabinete del secretario de Estado de Seguridad (cuando éste era Pedro Morenés, el actual ministro de Defensa), cónsul general de España en Nápoles y en Shanghái y subdirector general en la Dirección General de Política Exterior para Asia, Pacífico y América del Norte. Sus cargos le han hecho conocedor de muchas cosas buenas y también de asuntos realmente preocupantes, al punto de que "hay noches en las que no puedo dormir".

-Tres años como secretario general de Política de Defensa. ¿Cómo ha cambiado su visión del mundo?
¡Uy! ¡Muchísimo! He visto la necesidad de mantener un análisis permanente de los posibles desarrollos que puedan ser negativos para España en el ámbito internacional. He aprendido a analizar y a tratar de adelantarme a los acontecimientos que nos puedan afectar. No es extraño que estemos en quince misiones internacionales en Europa, Asia y África, para que aquellas amenazas que están lejos no lleguen a casa.

-Es una defensa proactiva.
Lo es. Adelantada, y un desafío a nuestra capacidad de proyección. Necesitas saber a dónde llegas, cómo llegas y cómo mantenerte. Qué peligros tienes, cuál es tu misión, cómo desarrollarla, durante cuánto tiempo. Y también tienes que saber cómo salir si la misión se cumple.

-Muchas de esas misiones son grandes desconocidas.
Cierto. Hoy por hoy, después de lo que ocurrió en la última década del siglo pasado y la primera de este, hemos llegado progresivamente a la conclusión de que nosotros podemos apoyar la conformación de estructuras de seguridad en muchos países. Y esto es más eficiente que hacer nosotros de gendarmes. Cuando digo nosotros quiero decir los aliados, los europeos, los que tenemos el mismo sistema de valores y principios. Por ejemplo, en Mali estamos formando a las fuerzas armadas locales para que se puedan enfrentar a los yihadistas que intentaron romper el país. En Irak, exactamente lo mismo, tratamos de que el conflicto local sea resuelto a través de medios locales. Mali, Somalia e Irak son misiones de adiestramiento de fuerzas locales y de mentorización, enseñándoles a crear un ministerio de Defensa, sistemas de mando y control, de comunicaciones, de inteligencia. Hay otras misiones, distintas. Por ejemplo, la del Líbano, que es no de interposición, pero sí de control de una zona fronteriza, entre Líbano e Israel, en la que se han producido enfrentamientos frecuentes, que se tratan de evitar ahora. El caso de Afganistán es bien conocido también; hubo un apoyo armado al Gobierno local, en el que nos jugamos y perdimos vidas en algunos casos, y poco a poco hemos ido desarrollando la capacitación de las fuerzas armadas y las de seguridad afganas, que son las que están tomando el relevo. Estamos en muchos escenarios, y en todos tratamos de proteger el entorno inmediato de España.

-Es un escudo a 4.000 ó 5.000 kilómetros de nuestras fronteras.
Exacto. Se trata de evitar que "los malos" lleguen a casa, dicho con toda la ingenuidad del mundo, pero de forma muy descriptiva. Y si llegan a casa, tener unas fuerzas de seguridad que sepan lo que viene y que puedan actuar. Y así ocurre, la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía están deteniendo, constantemente, a yihadistas desde hace un par de años. Detrás de eso hay toda una gran labor de inteligencia. Y lo hemos aprendido, con Atocha, y también antes. España es un país que lleva cien años sufriendo terrorismo. Hemos sufrido terrorismo anarquista, de extrema derecha, de extrema izquierda, nacionalista y ahora de Al-Qaeda o del Estado Islámico.

-Frente a eso, buen parte de las tareas de Defensa son las de Inteligencia, de las apenas se puede hablar.
Sí que se puede. Y se debe. España tiene una historia complicada, y estamos llenos de complejos porque tenemos esa historia complicada. Nuestro último conflicto armado fue con nosotros mismos, que es el colmo, una guerra civil. Y sufrimos una dictadura que se dijo militar. Por lo tanto, hablar de lo militar y las fuerzas armadas está cargado de simbolismos y de ideología por detrás. Tenemos que acabar con esto. La Inteligencia es fundamental para la seguridad del Estado, y sin ella estamos sencillamente acabados, y tenemos la suerte de contar con el CNI, que es espléndido y está reconocido a nivel mundial, con capacidades que superan a muchos otros servicios aliados. Muy pocos servicios conocen tan bien como nosotros lo que ocurre en el Norte de África, o pueden debatir sobre temas de yihadismo como podemos nosotros; muy pocos conocen América Latina como la conocemos nosotros. Son servicios muy profesionales, muy bien adiestrados, que tienen unas tareas claras y plenamente constitucionales, que aceptan plenamente la ley hasta el punto de tener un juez dedicado solo a vigilarles y que hacen enormes servicios a la seguridad del país. Y la seguridad no es solo que no haya un atentado o que no te maten. No es solo que las infraestructuras críticas funcionen. La seguridad revierte en credibilidad del país, en funcionamiento del Estado de Derecho, en mayor capacidad de atracción de la inversión extranjera, en el suministro energético, en el tráfico marítimo y en que las colas del paro no sean tan grandes.

El terror crea adeptos

-¿Es el EI un riesgo real para España?
Sí. Puede poner en peligro la producción de petróleo y otras materias primas, o que las use para financiarse. Entre su propaganda hay mapas de España, y es un terrorismo que tiene una base territorial. Ha llegado a lanzar un misil contra una fragata egipcia o hacerse con armas químicas. No solo actúa en Siria o Irak, sino también en Libia, y hay grupos africanos que han prestado juramento de lealtad, como Boko Haram en Nigeria, que ha causado 17.000 muertes en cuatro años. Es un riesgo muy real. Y si no lo llegamos a ver aquí es porque tenemos a 300 personas entrenando en Irak a sus fuerzas de seguridad, igual que los franceses, los ingleses... ¡60 países están luchando contra el EI en una coalición!

-60 países. ¿Por qué no barren al EI?
No es fácil. En Siria no podemos poner las botas sobre el terreno, porque el Gobierno sirio no lo admite. Las guerras no se ganan desde el aire; puedes preparar el terreno. Se ha entrenado a grupos rebeldes prodemocráticos y moderados, pero Estados Unidos acaba de decir que va a dejar de financiar sus entrenamientos. Hay un problema de confrontación interna, en el que confluyen las primaveras árabes, que tienen una serie de ideas confusas sobre una salida moderada del régimen y se enfrentan a El Assad, cuyo régimen está compuesto por una minoría de chiítas alauitas y una mayoría de sunníes. Hay una confrontación religiosa, que tiene padrinos, los chiíes con Irán e Irak. Los sunníes, con Arabia y Qatar, y apoyos de Turquía; y por otra parte están Rusia y Estados Unidos. No es sencillo. Y en Irak, el Gobierno anterior, chiíta, marginó a los sunníes, que eran una minoría pero que formaban la columna vertebral del ejército de Sadam. Buscaron y encontraron protección en Al Nusra y en el EI, y pasaron a conformar la columna vertebral del ejército del EI, no son una pandilla de desarrapados. Son gente que sabe lo que hace, que tiene entrenamiento militar y han llegado a tener la mitad de Irak y casi la mitad de Siria. Ahora lo están pasando mal, pero no están vencidos, y el cáncer que suponen ha saltado a Libia y a Nigeria, está entrando en Afganistán... Es un tema muy complicado. Sólo en Libia hay 200.000 personas en armas, con grupos terroristas de entre 15 y 5.000 componentes.

-¿Cuál es su objetivo territorial real, Oriente Medio?
No, no. Territorialmente, el mapa que han hecho público va desde Afganistán hasta los Pirineos.

-Pero eso es propaganda...
Sí, pero no quiere decir que no pretendan actuar en todos esos países. Desde 2001, con las Torres Gemelas, nos dimos cuenta de que las amenazas, hoy, ya no son contra la integridad territorial ni la soberanía, sino que son el intento de acabar con un sistema de valores, el nuestro. O de poner su sistema de valores al mismo nivel que el nuestro, a sabiendas de que si lo logran, el nuestro está acabado, porque nosotros no podemos reconocer ciertas cosas. No podemos decir que está bien crucificar a un tipo en medio de la calle, porque eso sería tanto como admitir que ya no somos lo que somos, y ese es su objetivo.

-Los vídeos de ejecuciones salvajes del EI, ¿hasta qué punto son reales? ¿No hay una política de desinformación por parte de Occidente?
No. El EI administra el terror muy bien. Sabe que crea clientes. Asusta a quien lo sufre, pero crea muchos adeptos. Lo que estamos viendo es la infinitésima parte de lo que está ocurriendo. Están publicándose fundamentalmente los asesinatos de occidentales. Lo que ellos están matando más, con muchísima diferencia, son árabes. Tienen un departamento de agit-prop muy sofisticado y saben que antes de llegar a un pueblo, los adeptos se quedan y las familias que no lo son huyen. Tienen el terreno ganado. El terror funciona, siempre lo ha hecho.

-Y fuera de la intervención militar directa, ¿cómo se combate al EI?
Es complicado. Desde la fuerza local, desde la educación, la universidad, los imanes, las mezquitas locales. Y creando medios de vida que sean congruentes con las expectativas de las personas, que es lo más difícil. Vivimos en un mundo globalizado, en el que la publicidad que ves aquí es la misma, exacta, que allí. La misma señora rubia estupenda subida a un Ferrari que es contrario a todos los valores de una sociedad en vías de desarrollo donde la gente vive con dos dólares diarios. Eso genera frustración y deseos de emigrar. Y, a veces, odio. "No es que vivas peor, es que tus valores son peores", ése es el mensaje que les damos.

-La semana pasada, Estados Unidos y Japón han liderado un acuerdo económico que incluye a los principales países del arco pacífico, exceptuando a China. ¿No supone un riesgo de conflicto armado?
Hay un riesgo, siempre presente, que es la gran carrera por las materias primas, pero es en todo el mundo. El riesgo económico en macro está bastante más limitado, porque la interdependencia es muy alta. China ha comprado deuda norteamericana en cantidades tales que se da la paradoja de que un país teóricamente comunista y subdesarrollado está financiando el consumo del país más poderoso del planeta, y capitalista. Al mismo tiempo, las empresas norteamericanas están invirtiendo en China y ofreciendo tecnología a China. La interdependencia es enorme. Lo mismo ocurre entre China y Japón, que no tienen las mejores relaciones del mundo, pero que son muy interdependientes. Habrá que ver hacia dónde van los precios de las materias primas, que han bajado por la desaceleración, pero si vuelve a haber una etapa de expansión los precios subirán y habrá desigualdades que vamos a ver dónde acaban. Y hay temas como el acceso al agua que son muy serios.

-La entrada de inmigrantes sirios asusta a parte de la ciudadanía.
Pongamos las cosas en su justo término. Solo marroquíes, en España viven 800.000. Hay ya unos 8.000 sirios, además de a los que se va a dar asilo. Dimensionando bien el operativo, podemos hacernos cargo perfectamente de todos ellos.

-La última agresión territorial que sufrió España fue casi anecdótica, con la ocupación de Perejil.
Marruecos no es un riesgo. Con ellos tenemos hoy las mejores relaciones que ha habido históricamente. Los ministerios de Defensa están colaborando todos los días. Y vamos a cuidar esa relación, aunque siempre haya roces entre vecinos. Ojo, tenemos muchos intereses en el Norte de África. Si Argelia se desestabiliza tendríamos que irles a ayudar como sea, porque si cae, caerá todo el Norte de África. Además, tenemos el problema de que entre Marruecos y Argelia no se hablan y no cooperan.

-Y España funciona de puente.
Estamos todo el día haciendo de puente. Mientras no se resuelva el problema del Sáhara, no hablarán. Para Marruecos es un problema de supervivencia, porque si se independiza, la monarquía alauita caería y la desestabilización del país tardaría 24 horas.

 

Foto Angel