Noticias / José Alberto Mesa Baquero SJ. es entrevistado en la prensa regional
Esta Noticia fue editada el: 01-10-2015

José Alberto Mesa Baquero SJ. es entrevistado en la prensa regional max-width=

(La Nueva España)

JOSÉ ALBERTO MESA BAQUERO (S. J.) | Secretario de Educación de la Compañía de Jesús a nivel internacional, abrirá mañana los actos del 125.º aniversario del colegio de la Inmaculada Concepción de Gijón con una conferencia

"Los primeros responsables de la educación son los padres de familia"

"Vivimos una nueva cultura digital, internet y otras herramientas hacen que las nuevas generaciones tengan una manera distinta de aprender"

J. M. CEINOS El colegio de la Inmaculada Concepción de Gijón inicia mañana los actos del 125.º aniversario de su fundación, y la conferencia inaugural correrá a cargo del padre José Alberto Mesa Baquero (Medellín, Colombia, 1960), que es el secretario de Educación de la Compañía de Jesús a nivel internacional, específicamente en el campo de la Educación Secundaria y Presecundaria, quien hablará sobre "La educación jesuita: una tradición viva en un nuevo contexto". José Alberto Mesa (S. J.) estudió Filosofía y Teología, tiene una maestría en Psicología Educativa y un doctorado en Filosofía y Educación. También colabora en la Facultad de Educación de la Universidad de Loyola de Chicago (Estados Unidos), especialmente en Filosofía Educativa.

-¿Cuántos alumnos tiene la Compañía de Jesús en sus colegios repartidos por todo el mundo?

-Tenemos alrededor de 2.300 colegios y unas doscientas universidades; estamos hablando de varios millones de estudiantes.

-¿Qué es lo prioritario en la educación en el siglo XXI para la Compañía?

-Es poder invitar a los estudiantes y a las familias a que consideren una perspectiva integral, que sean capaces de ver sus talentos y sus dones en función del bien común y, en este caso concreto, en nuestras coordenadas históricas, un bien común que pasa por la justicia, especialmente con los más necesitados, o como el Papa suele decir, que viven en las periferias. Lo que queremos hacer es que nuestros estudiantes entiendan que su sentido de la vida, su verdadera felicidad, pasa, precisamente, por este tipo de compromiso. Por eso, precisamente, creemos que una educación de calidad significa que ellos puedan desarrollar sus talentos al máximo para que puedan, a su vez, beneficiar a la sociedad y comprometerse con los más marginados de ella.

-¿Eso es válido para todos los países, los más desarrollados y los del Tercer Mundo?

-Sí, es absolutamente válido para todos, aunque, evidentemente, en cada colegio concreto el contexto particular y local tiene unas dimensiones especiales, por supuesto no es lo mismo cuando estamos educando a los "intocables" en la India a cuando educamos a personas en ciudades del primer mundo que tienen todos los beneficios y privilegios. Pero el mensaje es el mismo: todos los seres humanos estamos unidos a una historia común, máxime cuando hoy la entendemos desde una perspectiva global y el Papa nos ha llamado específicamente a entender nuestra responsbilidad común sobre el planeta.

-¿En esa globalización, internet es esencial en la educación?

-Consideramos que en este asunto de la globalización estamos viviendo una nueva cultura digital, donde la internet y otras herramientas hacen que las nuevas generaciones que estamos educando tengan una manera distinta de aprender y de acercarse al mundo y a la realidad, por eso nosotros insistimos que la nuestra es una tradición viva. Un desafío es el de la cultura digital y como cambia el proceso de enseñanza y de aprendizaje y por eso debemos ser creativos.

-¿Es bueno, malo o indiferente que un país tenga una ley de educación nueva cada cinco o seis años, como ocurre en España?

-No conozco bien el caso español, pero como todo, puede ser muy bueno, muy malo o indiferente. Pero creo que, en general, la conciencia internacional de los países va hacia que tenemos que ir abandonando esa perspectiva nacionalista que nació en el siglo XIX y que se consolidó en el XX de pensarnos que estábamos divididos en naciones; tenemos que ir a una perspectiva más global, más universal, ya que los problemas se han vuelto globales y una nación sola no puede funcionar, aunque sea la más poderosa del planeta. Hay legislaciones en muchos países que se están abriendo y siendo conscientes de que los problemas educativos también tienen que tener una mirada más amplia, más global. Nosotros pretendemos que nuestos estudiantes tengan raíces locales, lo consideramos importante, que conozcan dónde están, pero que también sean capaces de tener una mirada global.

-¿En un colegio, quién tiene que tener, digamos, más poder, el claustro de profesores o la asociación de padres y madres?

-Le voy a cambiar un poco la pregunta. Creo que más que decir cuál es más importante lo que puedo decir es que no se puede hacer una buena educación sin alguno de los dos. Cuando mejor funciona la educación es cuando todos, los padres de familia, el claustro, los educandos y la sociedad, en general, apuntan a lo mismo, así son los sistemas educativos más eficientes, fuertes y mejores. Donde están divididos y cada uno va por su lado terminan pagando los platos rotos, por supuesto, los educandos, que no encuentran un mensaje unificado. Evidentemente, nosotros pensamos que los primeros responsables de la educación son los padres de familia y, en este sentido, los colegios lo que hacen es ayudarles en su responsabilidad fundamental, pero, evidentemente, esa responsabilidad se puede llevar a cabo si todos miran hacia el mismo lado y con la misma visión educativa.

-¿Cuáles son ahora los retos de la educación?

-Uno de los retos es , sin duda, que tenemos que aceptar este nuevo contexto global. Otro reto, sin duda, es la cultura digital, de la que ya hablamos, que implica que tenemos que repensar y ser más creativos a la hora de mirar las tecnologías que utilizamos. Otro de los retos importantes es que cada vez el mundo es más consciente de que vivimos en sociedades plurales que buscan cada vez más el respeto por la diferencia. Tenemos que construir una escuela que, sin perder su identidad, sea capaz de construir una identidad, pero, al mismo tiempo, respetando la diversidad y ser lo más inclusiva posible.

(El Comercio)

"El supermercado de la educación siempre tiene productos nuevos"

 

PADRE JOSÉ ALBERTO MESA, responsable de Educación de la Compañía de Jesús

"Aunque los colegios de la Compañía de Jesús tengan, como en Gijón, 125 años de historia, no podemos vivir de glorias pasadas"

OLGA ESTEBAN  GIJÓN  Admite cierta "desconfianza" de la actual sociedad, de las familias, a la hora de decidirse por una educación religiosa para sus hijos. Pese a eso, la Compañía de Jesús tiene más de 2.300 colegios y 200 universidades en todo el mundo. Es decir, "varios millones de estudiantes". Uno de esos colegios es el de la Inmaculada Concepción, de Gijón, que mañana inaugura los actos de conmemoración de su 125 aniversario. El padre José Alberto Mesa, jesuita colombiano, es el delegado del Padre General para la Educación Secundaria, es decir, el responsable de Educación de la Compañía de Jesús. Y mañana estará en Gijón para hablar sobre "La educación jesuita: una tradición viva en un nuevo contexto".

-¿Qué supone celebrar los 125 años de un colegio de la Compañía?
Es una fecha especial. Cuando uno es consciente del pasado, de lo que hicieron las generaciones anteriores, eso genera un compromiso muy grande de continuar la tarea.

-¿Cuál es ese nuevo contexto al que deben enfrentarse?
Estamos muy orgullosos de nuestra tradición. Pero nuestra verdadera tradición es ser capaces de responder a los nuevos signos de los tiempos, a la cultura digital, a un mundo que se nos volvió pequeño... Porque educar a las nuevas generaciones no es dar respuestas del pasado.

-Cada ciudad, cada país, tiene sus características y necesidades, pero ¿cuáles son los retos comunes de sus centros?
Damos mucha importancia a responder a las situaciones locales pero el desafío común es la globalización, la responsabilidad ecológica, el trabajo por un mundo más justo...

-¿En qué han cambiado sus colegios?
No hay que repetir el pasado, sino afrontar el presente y el futuro, estar en renovación continua. Ese es el desafío. Por eso buscamos las nuevas tendencias pedagógicas, los estudios sobre el desarrollo cerebral, cómo influyen en eso los medios digitales... La escuela tiene que adatarse. Debemos tener una actitud de apertura, ser capaces de renovarnos. Utilizo una imagen que usaba mi predecesor en el cargo: decía que había que volver continuamente al supermercado de la educación, donde siempre hay nuevos productos.

-¿Es difícil el cambio?
No es fácil, ni siquiera para las familias. A veces nos sentimos más cómodos en el pasado que afrontando el presente. Pero, aunque tengamos 125 años de historia, como en Gijón, no podemos vivir de las glorias pasadas. Hay que mirar al futuro.

-En España, los jesuitas de Cataluña, con su proyecto de innovación educativa, se han convertido en protagonistas del debate.
Estamos haciendo esfuerzos de renovación en muchas partes del mundo. El proyecto de Cataluña ha tenido una gran repercusión, también en América Latina. En todos esos sitios están incorporando muchos de los nuevos elementos que la pedagogía nos ofrece para la formación integral desde el punto de vista ignaciano, para la formación espiritual, muy importante para nosotros.

-En una sociedad cada vez más laica, ¿no corren el riesgo sus centros de dejar de lado esa formación espiritual? ¿No demandan eso los padres?
Es un riesgo que siempre ha existido. Y es cierto que una sociedad más secularizada no valora tanto esa dimensión espiritual. Pero por nuestra experiencia de más de 400 años consideramos que es en lo más profundo del ser humano donde está el verdadero sentido. Puede ser que las familias no lo vean de esa manera, pero nuestro cometido es invitarles a verlo así. La Compañía, sin esa parte espiritual, dejaría de ser la misma. Tenemos que enfrentarnos a las dificultades de cada época y ahora hay esa desconfianza.

Colaboración con los laicos

-Pese a eso, 2.300 colegios, 200 universidades...
Sí. El número de jesuitas disminuye en el mundo, es cierto, pero nuestra red educativa sigue creciendo gracias a la colaboración con los laicos. De esa forma podemos atender las llamadas que nos hacen desde muchas partes del mundo, incluso de países no católicos. Con la colaboración de los laicos hemos encontrado una respuesta de calidad para crecer.

-¿Qué caracteriza a los alumnos que han estudiado en un centro jesuita?
El objetivo es que salgan con un compromiso grande, con la conciencia de que si han recibido tanto es para darlo en servicio de la ciudad, de la comunidad. La mejor educación que podemos dar es que trabajen por hacer un mundo mucho mejor.

-¿Por eso la educación es tan importante para la Compañía?
Los primeros jesuitas nunca pensaron en ser maestros. Pero después se dieron cuenta de que a través de la educación podían compartir la experiencia de Dios y multiplicar el efecto de su mensaje.

Foto Angel