Noticias / Fernando Álvarez Balbuena (p.1950) recuerda a su profesor Torcuato Fernández-Miranda (p.1931)
Esta Noticia fue editada el: 24-09-2015

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(La Nueva España)

Torcuato sentó cátedra

"Los alumnos estábamos enamorados de sus clases", dice Álvarez Balbuena del Fernández-Miranda profesor universitario

Cuca ALONSO La tercera sesión del ciclo que el Ateneo Jovellanos está dedicando a la memoria de Torcuato Fernández Miranda en el centenario de su nacimiento, se celebró ayer ante una notable presencia de público; presencia, que en palabras del presidente Álvaro Muñiz, era casi milagrosa y que a esa misma hora jugaba el Sporting por televisión. El propio presidente presentó al conferenciante, Fernando Álvarez Balbuena, que hablaría de la faceta de Torcuato Fernández Miranda como profesor universitario.

El avilesino Fernando Álvarez Balbuena es un personaje asiduo del Ateneo. Licenciado en Derecho, doctor en Ciencias Políticas, miembro del RIDEA, y empresario. Fue alumno de don Torcuato, de cuyas clases guarda un gratísimo recuerdo, "en realidad todos sus alumnos estábamos enamorados de sus clases", dijo, añadiendo que este homenaje era un deber ya que los asturianos somos muy olvidadizos, siendo don Torcuato uno de los políticos más importantes que ha dado Asturias, comparable en muchos sentidos con Jovellanos; ambos resultaron trascendentes para su país, y ambos sufrieron incomprensión. "Conviví con él dos años en el Colegio Mayor Valdesalas, donde don Torcuato era director, y recuerdo el gran recibimiento que nos deparaba a los nuevos alumnos, algo emocionante para unos chicos de 17 años. Nos enseñó la importancia de la convivencia, algo que sólo se consigue con la educación, como es normativa de los colegios ingleses".

Los cambios sociales, según el criterio de Fernández Miranda debían producirse mediante la evolución, nunca a través de una revolución. "No era un rupturista, de ahí que su idea de la Transición estuviera en su cabeza desde 1950". De la ley a la ley, contenía; y logró una magnifica maniobra de ingeniería política. En sus clases de Derecho exigía rigor científico y manifestaba que el Derecho no es la Justicia ni la Ley, sino algo que está implícito en la conciencia del hombre, como un sistema de normas imperativas, que son base de las relaciones humanas. Veía tres clases de Estado; el corporativo, el soviético y el liberal, aunque el único con futuro era el Estado liberal, que debería basarse en la democracia, en elecciones periódicas, en la separación de poderes, y en el individualismo, ya que las masas no razonan.

Las clases de don Torcuato eran un impacto a las que acudían otros alumnos, incluso gentes ajenas a la Universidad. Cuando propuso hablar de don Juan de Borbón, en la segunda clase no cabía el auditorio y fue preciso habilitar otra sala. "Nos enseñó a leer a Marx, un autor brillante pero insuficiente, según su criterio, ya que no sirven las ideas que no se pueden aplicar". ¿Cómo veía Torcuato Fernández Miranda el futuro del mundo? Regido por una democracia con tintes socialistas, no marxistas, administrada por políticos honrados. Él, al morir estaba escaso de medios, cuando había tenido los máximos poderes en sus manos.

 (El Comercio)

"En los años 50, Torcuato ya defendía el estado liberal"

Fernando Álvarez Balbuena, antiguo alumno de Fernández-Miranda, recordó al político e intelectual gijonés en el Ateneo

P. A. MARÍN ESTRADA Un hombre excepcional y un profesor universitario ejemplar a cuyas clases acudían alumnos de otras facultades. Así recordó ayer a don Torcuato Fernández-Miranda quien fuera uno de sus discípulos en la Universidad de Oviedo: Fernando Álvarez Balbuena, dentro del ciclo de conferencias promovido por el Ateneo Jovellanos para conmemorar el centenario del político e intelectual gijonés. Presentado por el presidente del Ateneo, Álvaro Muñiz, como "hombre de letras, empresario, persona de amplios saberes", el antiguo alumno de Fernández-Miranda calificó a su maestro como "una de las personalidades más importantes que ha dado Asturias y Gijón", comparándolo con Jovellanos: "Como las de Plutarco se podría decir que fueron vidas paralelas: los dos consiguieron estar en las alturas de la política española y se apartaron, o los apartaron de ella". Acerca de su admiración por el catedrático, reconoció que "ante la figura de don Torcuato no puedo ser neutral, aunque intentaré ser objetivo".

Fernando Álvarez Balbuena relató su estancia en el Colegio Mayor Valdés Salas dirigido por Fernández-Miranda y el recibimiento que éste les dispensaba a cada hornada de nuevos estudiantes: "Tenía la capacidad de hacerte sentir importante con su actitud". En los colegios mayores veía el intelectual gijonés una institución importante para la educación en convivencia de los jóvenes, según recordó su antiguo alumno: "Algo que consideraba fundamental, ya que sin convivencia no hay sociedad" y a la atención de los residentes en el Valdés Salas y a su formación: "se prestaba tanto o más que en sus clases".

El antiguo alumno del que se considera el cerebro de la transición democrática evocó el talante liberal de su maestro y su "respeto absoluto a los derechos de los individuos" y puso el ejemplo de que en 1950, en sus clases de Oviedo defendía el Estado Liberal y Democrático como el único admisible, frente a los otros modelos: el Corporativo (que seguía la España de Franco) y el Soviético. "Todo lo que hizo en la Transición lo tenía don Torcuato ya en su cabeza, diría que desde mucho antes", opinó Alvárez Balbuena. El régimen franquista era considerado por el jurista y político gijonés "como algo provisional que habría de ser transformado llegado el momento en un futuro estado democrático", aseguró el conferenciante.

En esas clases donde el prestigioso catedrático defendía el liberalismo de los estados: "Venían gente de todas las facultades, hasta dejaban los cafés de estudiantes para venir a oírle", contó su viejo discípulo.

 

Foto Angel