Noticias / La Nueva España repasa la figura de Juan de Álvaro (p.1994)
Esta Noticia fue editada el: 25-05-2015

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(LA NUEVA ESPAÑA)

El presidente que nunca dice no

Participó en la fundación de dos clubes de balonmano y uno de fútbol, su otra pasión deportiva, y estos días está inmerso en la organización de la fase final de la Copa del Rey

Jorge JUNQUERA

Juan de Álvaro (Gijón, 1976) preside el Gijón Jovellanos desde su fundación en 2009 y estos días está inmerso en la organización de la final a cuatro de la Copa del Rey, competición que tendrá lugar los días 6 y 7 de junio en el palacio de los deportes gijonés y para la que su club se ha clasificado de manera brillante y también un tanto sorprendente. Sorprendente porque la temporada no ha sido ni con mucho la esperada, hasta el punto de que el equipo ha perdido la categoría en el que es el primer descenso en su historia.

Juan lleva relacionado con el balonmano la mayor parte de su vida, pero está en a este deporte por casualidad. A los once años y al poco de llegar al colegio Inmaculada se acercó a un entrenamiento en el que participaba uno de sus amigos, le preguntaron si querían participar, lo hizo y se enganchó. De aquello han pasado 28 años y a lo largo de todos ellos fue jugador, entrenador y dirigente. En un deporte en el que los centímetros y los kilos juegan un papel determinante Juan se las arregló para jugar en todas las categorías a pesar de no ser precisamente ni alto ni pesado. Además lo hizo desde una posición en la que habitualmente todos pasan de los dos metros y superan ampliamente los cien kilos.

De Álvaro compaginó sus estudios de Derecho con el balonmano e incluso con entrenar a equipos de las categorías inferiores del Inmaculada. Futbolero confeso llegó a fundar y presidir un club, el Norte Astur. Su pasión por este deporte le llevó a asistir al Europeo de Portugal en una autocaravana o a viajar al Mundial de Sudáfrica donde hizo peña con los padres de Javi Martínez, Piqué y Mata. Aun se puede encontrar en Youtube un pequeño vídeo en el que se le ve corriendo por el césped de Castalia abrazado a Sastre y Bilic celebrando uno de los goles del Alavés a la Real Sociedad que dejaba al Sporting a falta de un sólo punto para el ascenso.

Ya fuera del Inmaculada como alumno, pero siempre ligado de alguna manera al colegio, Juan y algunos de los que fueron sus compañeros en los tiempos escolares volvieron a juntarse y crearon un equipo senior con el que volvió a las canchas a la vez que sacaba el título de entrenador nacional. Con los estudios de Derecho finalizados comenzó su vida laboral, primero como pasante en un bufete y luego como asesor laboral, época en la que además estudió criminología, una de sus aficiones. Sin embargo al poco dejó el trabajo relacionado con el Derecho y se dedicó a la representación de herramienta y maquinaria industrial siguiendo la tradición familiar.

Fue por entonces cuando de nuevo echó una mirada al balonmano y con los mismos amigos fundó el club Academia Civil en el que incluso volvieron a vestirse de corto algunos jugadores que ya se habían retirado. Comenzaron a jugar, a divertirse y a ganar. Por aquel entonces, mediada la primera década del siglo XXI, el balonmano asturiano en general y gijonés en particular vivía una de sus peores épocas, alqo que obligó a una generación de grandísimos jugadores a tener que fichar por clubes de fuera del Principado. Juan de Álvaro y su grupo de amigos decidieron tomar cartas en el asunto y tras muchas reuniones y negociaciones alcanzaron un acuerdo con prácticamente todos los clubes y colegios de Gijón para trabajar en un proyecto en común. Así nació en el 2009 el Gijón Jovellanos, deportivamente Juanfersa Gijón en estos momentos. Proyecto al que se unió desde el principio el entrenador Alberto Suárez con el que en apenas seis años el club alcanzó la máxima categoría nacional, Fueron casi todos ellos años de alegrías deportivas y también de ver como el hasta entonces desunido balonmano local trabajaba junto en pos de intereses comunes. Pero también hubo momentos duros porque algunas promesas monetarias no se cumplieron y el club acumuló una deuda que puso en dificultades su supervivencia y que el buen hacer de la directiva pudo encauzar.

De nuevo Juan fue el elegido para la presidencia. Sus allegados valoran su calma, su capacidad de negociación y su punto de "locura", pero le achacan que no es capaz de decir no y algunos se aprovechan de ello. Es un presidente con los pies en la tierra y que no gasta un euro de más, "con lo que hay se llegará hasta donde se pueda", suele decir, y trata de no hacer ni solo movimiento que pueda poner en peligro el club. Cualidades que no le impiden decir lo que piensa aunque no le guste a sus interlocutores. Así Juan de Álvaro mantiene serias discrepancias con los dirigentes de la Liga Asobal. Conocedor de lo que cuesta conseguir dinero para el balonmano no entiende en que revierte en este deporte el canon de afiliación a Asobal y así se lo ha hecho saber a sus responsables.

Cuando el Juanfersa Gijón logró su clasificación para la fase final de la Copa del Rey De Álvaro manifestó que "el deporte gijonés tiene otras necesidades en las que emplear el dinero que se necesitaría para traer aquí la final a cuatro". Sin embargo el Ayuntamiento le anunció un apoyo incondicional si la solicitaba y ante la petición de muchos decidió hacerlo. En pocos días, y tras un trabajo conjunto entre sus directivos y el Ayuntamiento, presentaron a Asobal un proyecto que impresionó a la comisión encargada de decidir donde se jugaría esta fase final hasta el punto de que Gijón fue elegida por unanimidad. Desde ese momento Juan de Álvaro y su grupo de incondicionales compañeros de aventura trabajan duramente para organizar no una final a cuatro sino en palabras del propio Juan "la mejor final que se haya hecho hasta ahora".

Foto Angel