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Esta Noticia fue editada el: 03-09-2014

Recuerdo del P. Ignacio Ellacuría max-width=

En las memorias del diplomático Yago Pico de Coaña cuya publicación inició el pasado 24 de agosto el periódico La Nueva España, este recuerda al jesuita P. Ignacio Ellacuría, SJ, asesinado en El Salvador hace veinticinco años, al hablar de su papel como mediador en el proceso de pacificación de aquel país.

Fuente: RIA, Red Ignaciana de Asturias


La Nueva España, 24 de agosto de 2014

Memorias del diplomático Yago Pico de Coaña (I).

... En El Salvador, Pico de Coaña contó con un aliado impagable, el jesuita Ignacio Ellacuría. “Era una persona maravillosa, el filósofo preferido de Zubiri, y un intelectual de primera línea. A Ellacuría le guiaba el Evangelio, y todo ello en una sociedad, la de El Salvador de finales de los años ochenta, en la que entre algunos sectores se decía aquello de: sé patriota, mata a un cura”.

A Ellacuría lo asesinan los militares en noviembre de 1989 junto a seis compañeros de la Universidad Centroamericana (UCA), auténtico bastión de los derechos humanos. “La última vez que hablé con él, por teléfono, Ellacuría estaba en Madrid. Le pedí que no volviera a El Salvador. Yo creo que decide regresar, aun sabiendo el riesgo al que se exponía, porque era muy respetuoso consigo mismo. No estamos hablando de ningún valiente desorejado, detectaba bien el peligro”.

Unos meses antes de aquel fatídico 16 de noviembre de 1989, el recién nombrado presidente de El Salvador, el civil Alfredo Cristiani, se reunió en la UCA con el jesuita y teólogo vasco. “Aquel encuentro lo interpretó Ellacuría como una oportunidad para la paz, siempre confió en él, y lo malinterpretó como una especie de seguro de vida. Pero no hay seguro que valga cuando tienes enfrente a unos bestias de militares. Ellacuría era un dedo acusador, con un mensaje que para algunos resortes del poder era como una pesadilla. Y había antecedentes: en 1980 matan en plena misa a monseñor Óscar Romero, considerado un santo en América”.

Pero “aquellas muertes no fueron en vano”. Los acuerdos de paz entre la guerrilla salvadoreña y el Gobierno se firman en 1992, y los de Guatemala en 1996. Queda por delante lograr la paz en Colombia, pero ésa es otra historia.

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Foto Angel